Durante la Marcha por la Vida, el presidente Donald Trump reiteró su fuerte apoyo a la comunidad pro vida, prometiendo que durante su segundo mandato protegerá los “logros históricos” de su primera administración.
Mediante un mensaje de video desde la Oficina Oval, enfatizó su determinación de evitar que el derecho federal al aborto se convierta en ley y se comprometió a fomentar la adopción y el cuidado temporal.
Trump también afirmó su intención de investigar los ataques a iglesias y centros de ayuda al embarazo, destacando su compromiso con la vida desde su gestión.
El vicepresidente JD Vance se unió a Trump en esta causa, enfatizando que la administración está del lado de los más vulnerables. “Estamos con ustedes”, dijo a los asistentes, reafirmando el apoyo del gobierno a la comunidad pro vida.
Trump, a pesar de recorrer estados afectados por desastres naturales, se centró en transmitir su apoyo a la causa, agradeciendo el amor y la compasión que la comunidad demuestra por los no nacidos. Recordó que la Marcha por la Vida se inició hace más de cinco décadas como respuesta al fallo Roe v. Wade, que, según él, le quitó poder a los estados y dividió a la nación.
Celebró la decisión reciente de la Corte Suprema que devolvió el asunto a las legislaturas estatales, destacando la importancia de que el aborto sea un “voto del pueblo”. Su visión es clara: la protección de la vida y de las familias será una prioridad en su próximo mandato.
Además, el presidente aseguró que su administración detendrá el uso de las fuerzas de seguridad contra ciudadanos religiosos y abordará el uso político del Departamento de Justicia. Al indultar a 23 activistas pro vida procesados por la administración Biden, Trump se posiciona como un defensor de la causa pro vida, apelando a la fortaleza y determinación de quienes lo apoyan.
“Su misión es justa”, concluyó, inspirando a sus seguidores a continuar la lucha.
Vance describió la Marcha por la Vida como “el evento más grande del mundo para conmemorar nuestro movimiento”.
“Marchamos para proteger a los no nacidos. Marchamos para proclamar y vivir la verdad sagrada de que cada niño es un milagro y un regalo de Dios”, dijo.
Vance afirmó que un gobierno federal que promueva valores pro vida debe esforzarse por apoyar a las madres.
“Hemos fallado a una generación, no sólo al permitir una cultura del aborto a demanda, sino también al descuidar la ayuda a los padres jóvenes para que consigan los ingredientes que necesitan para vivir una vida feliz y plena. Se arraigó una cultura de individualismo radical, en la que las responsabilidades y las alegrías de la vida familiar se consideraban obstáculos que había que superar, no realización personal o bendiciones personales”, dijo Vance.
“Nuestra sociedad no ha sabido reconocer que la obligación que tiene una generación hacia otra es parte fundamental de la vida en sociedad. Por eso, permítanme decirlo de forma muy sencilla: quiero más bebés en los Estados Unidos de América. Quiero más niños felices en nuestro país. Y quiero hombres y mujeres jóvenes hermosos que estén ansiosos por darles la bienvenida al mundo y criarlos”, añadió.
Vance enfatizó en la responsabilidad del gobierno de facilitar el proceso de formar familias y dar la bienvenida a los hijos. Reconoce que ser padre o madre es una experiencia valiosa y significativa, y sugiere que el apoyo institucional es clave para que los jóvenes se sientan capaces de asumir esta tarea.
Para el vicepresidente, la Marcha por la Vida, destaca la importancia de ver a los niños como bendiciones, lo que refuerza la necesidad de políticas que respalden a las familias en su deseo de crecer y prosperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario