Enyu nació con un defecto cardíaco que afectó su salud y limitó su infancia. Aunque disfrutaba de ir al parque infantil, su madre, Dai, estaba constantemente preocupada por su seguridad debido a la condición de Enyu.
Esto creó un conflicto entre su deseo de jugar y las restricciones impuestas por su enfermedad, lo que llevó a que Dai enfrentara críticas por su aparente incapacidad para cuidar adecuadamente de su hija.
La situación se complicó cuando Enyu contrajo neumonía, lo que aumentó su sufrimiento y provocó un intenso dolor. Dai, angustiada por la salud de su hija, temía perderla y deseaba poder soportar el dolor en su lugar.
En un momento crítico, Enyu fue hospitalizada y recibió tratamiento intravenoso, mientras los médicos advertían sobre la necesidad urgente de una cirugía para evitar el deterioro de su condición.
En medio de esta desesperación, Dai comenzó a fortalecer su fe, aferrándose a las promesas de milagros en la Biblia. Esta nueva perspectiva le otorgó esperanza y la motivó a confiar en que la situación de su hija podría mejorar.
“Leí en la Biblia cómo Jesús hacía milagros para los enfermos. Le dije a Enyu que porque Dios nos ama, Él cuidaría de nosotros. Enyu creyó con todo su corazón”, dijo Dai.
“Oré y le pedí a Jesús que sanara mi corazón para que no doliera más”, contó la niña.
En ese momento, un miembro de la iglesia de Dai le mencionó el programa de CBN News llamado “Operación Bendición”, que facilitó la cirugía cardíaca.
“Dios respondió nuestras oraciones. Es como si Enyu tuviera una segunda vida. Ella es completamente diferente ahora. Tu corazón está sano y tu sistema inmunológico es mucho más fuerte. Ella está ganando peso y creciendo. Ahora puede jugar sin problemas”, testificó la madre.
“Pero lo más importante es su relación con Dios. Todo esto ayudó a Enyu a experimentar el poder del Señor a una edad muy temprana”, añadió.
La pequeña ahora vive agradecida de haber recibido de Dios este milagro y la ayuda que Operation Blessing le brindó en una situación tan grave, ambos ofreciéndole una mejor calidad de vida.
“Ahora estoy feliz porque mi enfermedad cardíaca se ha curado y ya no siento dolor. Gracias a todos los que me ayudaron. Jesús os ama y yo también”, finalizó la niña.

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